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Estrategias del Gas Natural: el Mediterráneo Oriental o dónde podría estar la solución a la crisis del gas natural

https://global-strategy.org/gas-natural-mediterraneo-oriental-o-donde-podria-estar-la-solucion-a-la-crisis-del-gas-natural/ Estrategias del Gas Natural: el Mediterráneo Oriental o dónde podría estar la solución a la crisis del gas natural 2023-02-21 20:42:38 Alfonso Puga Blog post Estudios Globales Geopolítica de los recursos

La solución a la crisis energética europea podría estar más cerca de lo que se piensa. De facto, puede estar en la misma Europa. Es una afirmación contundente, pero podría haber sido una realidad de haber tomado ciertas decisiones en su momento. Tal como comentamos en un artículo anterior[1], una alternativa a la crisis actual no se podrá solucionar antes de cuatro o cinco años.

Vayamos a los precedentes para entender a que nos referimos en este análisis. El 17 de enero de 2009 Israel experimenta, muy probablemente sin saberlo, un cambio en su paradigma energético y por tanto en su estrategia geopolítica que a día de hoy da (o más bien podría haber dado) a Israel una posición muy relevante frente a sus países vecinos incluyendo a Europa. Israel descubre abundantes reservas de gas natural en su zona económica exclusiva. Poco después Chipre, miembro de pleno de la Unión Europea, se suma al club de países con reservas de gas natural.

Para ponernos en situación, conviene explicar un poco la posición de Israel y de sus protagonistas ante tal hallazgo en invierno del 2009. No deja de ser sorprendente ver cómo diferentes Estados toman decisiones completamente diversas respecto a un mismo tema o producto como es el caso del gas natural y sus reservas estratégicas. Tales decisiones vienen definidas por las políticas que tienen dichos países, pero también por el enclave geográfico, por la cultura, tradición y peculiaridad de los mismos. En el caso de Chipre, como veremos más adelante, sus reservas no son suficientes para monetizarlas de forma individual o independiente por lo que dependen en gran medida de lo que haga Israel con las suyas.

Como bien se dice coloquialmente, nunca es tarde si la dicha es buena y con la coyuntura actual quizás podamos ver un sentido bien casual o no tanto a los acontecimientos sucedidos hace ya mas de diez años. Vamos a analizar que parámetros rigen tales decisiones y explicar la razón de la primera frase de este párrafo más detenidamente.

De la misma forma que Rusia ha hecho los deberes y ha monetizado todo el gas que ha podido vía Europa o China, convirtiendo así en “cash” las reservas de sus recursos, otros jugadores, igual de estratégicos pero a menor escala, llevan tiempo pensando qué hacer con sus reservas. En particular, hablamos del Mediterráneo Oriental donde tenemos a dos países bendecidos con grandes reservas de hidrocarburos y en particular gas natural – tan relevante hoy en día en todos los titulares de los medios- que son Chipre e Israel[2].

Chipre tiene contabilizadas unas reservas de gas de aproximadamente unos 13 TCF (364.000 Millones de metros cúbicos-BCM) en bloques sin conflictos con otros países representando un 75% del consumo europeo anual, mientras que Israel tiene unas reservas de unos 35 TCF (978 BCM). La combinación de los dos países sumaría unas reservas de unos 1.342 BCM, suficiente para cubrir las importaciones de gas natural ruso durante unos diez años. No es que sea necesario agotar dichas reservas para reemplazar el gas ruso, pero sí que nos sirve de referencia para entender la importancia de las reservas no explotadas adecuadamente que hay en el Mediterráneo. Y eso sin contar con reservas sustancialmente mayores que yacen en aguas egipcias.

Con estos datos, muchos nos preguntaríamos, y más ahora con lo que estamos viendo, sobre todo oyendo las voces de los lideres europeos y de EE. UU., sobre la dependencia de Europa con el gas ruso: ¿por qué no se han explotado tales reservas para poder diversificar y así satisfacer las necesidades de Europa con acuerdos donde todas las partes podrían haberse beneficiado? Y más, ¡sabiendo que la propia Chipre es parte de la Unión Europea! Con ello podríamos haber avanzado hasta diez años en los planes de descarbonización; pero es cierto que en aquellos momentos se empezaba a empujar fuerte con las renovables y estábamos en el pistoletazo de salida de la descarbonización y, de todos los movimientos institucionales focalizados en “controlar” el clima, y el gas, al igual que el petróleo y el carbón, estaba demonizado.

Con lo dicho hasta ahora, puede parecer simplemente que no se ha realizado ninguna acción relevante al respecto por razones comerciales y económicas, la respuesta es un poco más compleja.

El Gobierno Israelí ha movido ficha en el tablero, pero de poca envergadura desde un punto de vista empresarial. Todo lo que ha hecho ha sido fomentar consorcios para analizar y desarrollar las potenciales alianzas en la zona. Esta claro que su interés es ganar tiempo y apaciguar a países vecinos. Tal es el caso que, siendo Israel unos de los países más liberales y abiertos a poca intervención en el sector empresarial, el gobierno ha puesto el freno a que empresas locales (apoyadas por consorcios internacionales[3]) no hayan podido monetizar grandes reservas de gas natural y por tanto no inyectar grandes sumas de dinero en sus arcas. En este caso, el gobierno ha sido, y es, paciente. Si supo esperar mas de 3.000 años desde que Moisés se instala en la tierra prometida, podrá esperar unos pocos años más. Sencillamente, las empresas locales se limitaron a monetizar el gas en menor escala que lo potencialmente posible, simplemente vendiendo en el mercado doméstico y por gasoducto a países vecinos tales como Jordania, Líbano y el propio Egipto. Alternativamente podría haber buscado junto con Chipre la excusa perfecta para agrupar reservas, tener una economía de escala suficiente para abaratar costes fijos y operativos y sobre todo poder exportar a Europa lo cual le daría una seguridad económica y financiera más potente que la actual.

Uno intento interesante de monetización y de posicionamiento estratégico se dio en el 2012, cuando el consorcio propietario de los yacimientos principales en el Mediterráneo Oriental, decidieron explotar las reservas vía gas natural licuado (GNL), producto bien conocido a día de hoy por ser la alternativa que busca Europa al gas ruso. En ese momento, en particular en el 2013, la producción que se iba a llevar a cabo en los próximos viente años fue vendida a la mismísima Gazprom.  Y aquí es donde quería llegar, Rusia, con su brazo ejecutor en el sector energético Gazprom, tenía como misión desviar cualquier conato de venta de gas a Europa y focalizar la comercialización de dicho gas fuera de las premisas europeas. Tal es el caso, que en la misma época Gazprom había firmado un acuerdo por la misma cantidad de GNL que se produciría en el Mediterráneo Oriental, con la empresa india Gail. Gazprom se llevó el contrato que previamente otras empresas europeas tales como EDF, Edison o la española Gas Natural intentaron negociar para llevar los volúmenes a Europa.

En paralelo a estos eventos, Chipre mantiene sus planes de desarrollo sobre el campo de Afrodita sumando las reservas israelíes de Leviathan. Pues bien, en cierto momento, allá en el 2013, Israel junto con Chipre lanza un plan parecido al de Tamar involucrando empresas como la australiana Woodside o la americana Noble Energy (hoy parte de Chevron) por parte de Israel y la propia Shell por parte del lado chipriota. El plan incluye dos estrategias, montar una planta de licuefacción flotante y una planta de licuefacción en tierra en la isla de Chipre. Ambos proyectos en principio localizados en aguas chipriotas para poder adjudicar la etiqueta Europa al proyecto, lo cual podría facilitar temas fiscales y de importaciones. Sería el segundo proyecto de licuefacción de gas natural en Europa considerando el de Snowit en Noruega como el primero en operar en el continente.

Después de diez años, ninguno de los dos intentos se materializó. El primer caso por la intervención del gobierno israelí de limitar las exportaciones y el segundo caso por las propias empresas involucradas, al no saber llegar a un acuerdo de explotación y comercialización. Más recientemente, EE. UU. se involucra hasta el punto de promocionar un gasoducto que conectaría dichos yacimientos con Grecia y por tanto con los principales troncales que comunican los países del este con Europa. Dicho gasoducto tenía una inversión de 6.000 Millones de euros y podría transportar a partir del 2025, hasta 10.000 Millones de metros cúbicos de gas, para hacernos una idea un tercio de lo que consume España. Claro está que dicho proyecto tenia a Turquía completamente en desacuerdo y no era una oposición banal, sino que se oponía uno de los países más relevantes de la OTAN en la zona. Curiosamente dicho proyecto se canceló en otoño del 2021, meses antes del inicio del conflicto entre Rusia y “Europa”, y sin sorpresa alguna, fue el propio EE. UU. quien lo cancela por falta de viabilidad[4].

Actualmente, no todo es negatividad respecto a la monetización de reservas estratégicas en el Mediterráneo, en el 2021 Naturgy y Eni llegan a un acuerdo en dividir los activos gasistas de Unión Fenosa Gas, siendo la italiana Eni quien se lleva la planta egipcia de Damietta. Desde entonces, la planta se reactivó y ha estado produciendo GNL hasta día de hoy, después del parón de más de 10 años. Efectivamente Eni tenía una mejor posición estratégica para llevar a mejor fin la planta ya que posee reservas de gas en la zona[5]. Y finalmente para dar un poco más de luz y entender las tensiones geopolíticas y estratégicas de la zona, hay que comentar que Turquía anuncio el descubrimiento de un yacimiento relevante recientemente[6]. Turquía ha estado vetando los desarrollos de la zona por afectar y limitar su propio desarrollo como jugador relevante en la zona, ya que hay que entender que gran parte del gas que entra en Europa es vía Turquía (gas en parte ruso, azerí e iraní).

Como conclusiones a este breve análisis de la situación del gas natural en el Mediterráneo Oriental, podríamos especular sobre el porqué no se ha desarrollado propiamente la monetización de las reservas de gas natural en la zona, zona que además podría estar integrada dentro de Europa. Podríamos también especular quien está detrás de las decisiones que se han ido tomando en los últimos quince años, y las razones sobre dichas decisiones, pero no creo que tuviéramos unanimidad y sobre todo no dejarían de ser meras conjeturas. Lo que sí que me parece interesante a nivel de conclusiones es lanzar ciertas preguntas para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones, y quizás, sí que veríamos que hay más unanimidad de la que creemos.

¿Por qué Israel no ha sido más proactiva a la hora de monetizar sus reservas de gas natural y así tener más peso e influencia sobre Europa?

¿Porque Europa (principalmente Alemania) no han apoyado a sus socios Grecia y Chipre para que pudieran ser más relevantes y aportar recursos como el gas a Europa? ¿No sería del interés de Alemania poder reducir su dependencia del gas ruso ya en el 2013?

¿Podríamos considerar estos vetos o retrasos como una apuesta de las renovables sobre los hidrocarburos? ¿Han dado las renovables la solución económica, social y medioambiental que podría haber dado el impacto del desarrollo y monetización de dichas reservas? ¿Estaríamos a día de hoy viviendo lo mismo con el hidrogeno, en vez de los hidrocarburos?

¿Qué interés ha tenido Turquía en vetar constantemente e incluso amenazar los desarrollos en los países vecinos, mera competencia o pérdida de influencia sobre Europa?

¿Qué interés ha tenido EE. UU. en no fomentar más los desarrollos de la zona? ¿No le interesaría que su aliado principal Europa fuera más fuerte y menos dependiente de Rusia? ¿Perdería influencia en el Atlántico con su producción de GNL que empezó alrededor del 2015?

Y muchas más preguntas en la misma línea se podrían lanzar. Pero, de todas formas, después de este análisis y viendo dónde hemos llegado con el conflicto del gas, quizás nada se ha hecho al azar y obedece a un periplo que tenía como objetivo que Europa llegara donde estamos y como estamos.

PS: Una vez terminado el artículo sobre el análisis de las reservas de gas en el Mediterráneo Oriental, se publica la noticia de que los socios de cabecera de las reservas de Leviathan, las segundas más abundantes de Israel y cercanas a los yacimientos de Chipre, se lanzan (¡¡por fin!!) a monetizarlas mediante una planta de licuefacción flotante[7] que podría estar en operación en unos no menos de cuatro años. No deja de ser curioso que el mismo día que se termina este artículo sale dicha noticia, mimetizando lo que ya se propuso e hizo en 2012[8] que acabó con el contrato de Gazprom por la modificación de las exportaciones de Israel por parte de su gobierno.


[1] https://global-strategy.org/la-guerra-del-gas/

[2] Excluimos intencionadamente Egipto el cual forma parte del norte de África y lo veremos integrado en un análisis a parte cuando valoremos la influencia de África frente a Europa.

[3] Delek ha liderado las actuaciones en territorio israeí con apoyo de Chevron, Exxon y Shell.

[4] Reuters (11-Jan-2022) Global LNG Info‘s Analytics

[5] https://www.eni.com/en-IT/operations/egypt-zohr.html

[6] https://apnews.com/article/fea049352bb332d9e4ada9a5773d5a50

[7] https://www.reuters.com/markets/commodities/leviathan-group-starts-plans-israeli-floating-lng-terminal-2023-02-21/

[8] https://www.prnewswire.com/news-releases/pangea-lng-continues-its-development-of-mediterranean-floating-lng-export-project-181253781.html

Alfonso Puga

Consultor estratégico en el sector energético y antiguo alumno del Master de Estudios Estratégicos y de Seguridad Internacional de la Universidad de Granada

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