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Reflexiones acerca de las corbetas del futuro: el programa EPC (European Patrol Corvette)

https://global-strategy.org/corbetas-futuro-programa-european-patrol-corvette/ Reflexiones acerca de las corbetas del futuro: el programa EPC (European Patrol Corvette) 2021-06-14 15:38:32 Josep Baqués Blog post Política de Defensa España Fuerzas militares

Cuando surge el debate en torno a dotarnos, o no, de nuevas plataformas, con sus sistemas de armas asociados, lo primero que debe plantearse es hasta qué punto requerimos, o no, esas capacidades, en función de nuestros intereses, que es casi tanto como decir en función de los riesgos o amenazas que haya que afrontar en el futuro.

El futuro de la Armada pasa, entre otras cosas, por la necesidad de proteger puertos y rutas fundamentales para nuestra economía, en un entorno crecientemente convulso, en el que varios Estados se están rearmando. No se trata de ningún prurito formal, sino de garantizar la seguridad de nuestros propios intereses en la mar… y, en tierra firme. Por ejemplo, garantizando la comunicación con los dos archipiélagos y las dos ciudades autónomas. Así como el flujo de importaciones y exportaciones. Nada nuevo bajo el sol. Es lo que corresponde, casi protocolariamente, a cualquier marina de guerra que asuma sus responsabilidades (la vocación de hacerlo es incuestionable). Y a cualquier gobierno que esté por la labor de facilitarlo (los niveles de conciencia pueden discutirse).

En un futuro próximo contaremos con 5 F-100 MLU y 5 F-110, todos ellos buques de elevadas prestaciones y magníficas capacidades para ejercer esa función (entre otras). Sin embargo, debido a que lo normal será que solo haya 6-7 buques en el mar al mismo tiempo, sería conveniente contar con algunos buques más, de menores dimensiones, prestaciones y costes de construcción/mantenimiento, caracterizados por disponer de cierta capacidad de combate, que, dada nuestra naturaleza geopolítica, estuvieran adaptados a las exigencias planteadas en las aguas litorales.

En ese escenario son muchas las funciones que una corbeta puede desarrollar: protección de fuerzas MCMV; escolta directa de buques (mercantes, petroleros, pero también BACs o BTLs) de especial relevancia; protección de fuerzas anfibias (las que operen en un entorno OTHT lo serán por los buques de combate principales que, sin embargo, estarán demasiado lejos de la costa para cubrir el amplio espectro de amenazas que pueden afectar, llegado el caso, a los escalones de asalto); contribución al bloqueo de choke points; control del tráfico marítimo ajeno; cazador de FACs, etc.

Cabe recordar que los BAM son poco útiles para el combate (no están pensados para eso) y que solo son empleables en operaciones de baja y (mejor todavía) de muy baja intensidad. Probablemente se trate de uno de los mejores OPV en el mercado. Pero son inadecuados para el combate. El hecho de que requieran cobertura aérea o paraguas SAM-ASW-ASuW de las F-100 si penetran en la zona de operaciones de un conflicto de intensidad media, no añade nada nuevo a esa información, ya que la pregunta seguirá siendo…¿Qué pueden aportar? ¿Un 76/62 y un helo, dotado de un solo AGM-119 por vuelo? Pues… no parece suficiente excusa como para generar más servidumbres a las F-100. Cosa que podría cambiar de disponer de EPC, aunque también requieran esas coberturas/paraguas.

Si el precio es razonable y los retornos también lo son (y que lo sean tiene que ver con lo que comentaré en el resto de los apartados de este análisis) es una buena apuesta, que no tiene que generar ningún gran agujero presupuestario y que, incluso, puede generar grandes beneficios a Navantia así como, por ende, a nuestra economía.

Pero solamente será una buena apuesta si no hacemos lo que ocurre otras veces: adquirir la versión más soft del buque… otro OPV… inútil para asumir funciones de escolta en una hipotética escalada, en el horizonte del 2035. Porque, al final, como se demuestra con los propios BAM, la reducción de costes será menor una vez haya que pagar el I+D, la plataforma, los motores y todos aquellos sensores compatibles con la versión OPV; porque, una vez tienes la mayor parte de la inversión hecha, merece mucho la pena un poco más, para lograr mucho más (en términos coste/eficacia), incorporando los sistemas SAM y ASuW para los que ya están preparados esos buques; y porque, como decían los clásicos, qui potest plus, potest minus, de manera que, en tiempos normales, seguirán siendo unos buques magníficos para participar en las operaciones “Atalanta” del futuro, así como para patrullar nuestra ZEE mostrando, de paso, bandera.

En tales circunstancias, es posible que sea necesario algún BAM adicional, para sustituir a las dos Descubierta remanentes. De acuerdo. Pero los Serviola, tras 8-10 años más de servicio, deberían ser sustituidos por EPC. A su vez, la disposición de estos buques ahorraría costos en la MLU de los BAM ya que, de disponer de las EPC, sería suficiente con un recorrido de motores y, a lo sumo, la puesta al día de algún sensor, para que puedan operar como lo que son -sin necesidad de pretender otra cosa- hasta el 2045-2050.

¿Es una buena apuesta?

Dotarse de una nueva plataforma, que comportará la integración de nuevos sistemas de armas, no es una decisión fácil. Que en el proyecto participen Estados europeos (o no), no debe ser la parte principal de la decisión. Si los EEUU ofrecen un buen sistema de armas, que se juzgue interesante para satisfacer nuestras necesidades, a un precio razonable, bienvenido sea.

Pero tampoco es irrelevante que un proyecto afiance una industria de la que somos parte, ya que Navantia tiene una participación destacada en la EPC. Además, Fincantieri es un gigante con nuevas ínfulas y, personalmente, soy de los convencidos de que una alianza industrial con los italianos -sin perder nuestra propia línea de negocio- nos beneficiaría. Además de dar más lustre a los Estados del sur de Europa, a escala global (Francia es, notoriamente, otra cosa).

Dicho todo lo cual, y asumido que el proyecto tiene sentido en cuanto a capacidades, las previsiones económicas son decisivas. Pero parecen favorables. No solo por contar con una financiación inicial a través de la PESCO (que también) sino porque este tipo de colaboración reduce los riesgos tecnológicos, genera economías de escala y amplía las posibilidades de exportación. En las próximas líneas me centraré en estas dos últimas cuestiones:

  • Los 3 Estados implicados llevan décadas en el diseño y la construcción de buques similares, en dimensiones y/o en filosofía de empleo, con España (Joao Coutinho & Andrade, Descubierta, Halcón & Serviola, Avante 2000/2200, BAM…) algo por delante de Francia (La Fayette, por arriba de este perfil, A69, Floréal) y de Italia (Lupo, por arriba de este perfil, en su época; Cassiopea, Minerva, Commandante…).
  • Si Francia e Italia se dotan de 8 unidades cada una (como parece) y Grecia termina por sumarse (lo que es muy probable) con otras 4/6 unidades, nuestras 4/6 unidades elevarían la cifra total a 24/28 unidades, sin contar con las exportaciones, ya que para algunas marinas de guerra menores este tipo de buque puede operar como capital-ship, a un precio muy competitivo. Es decir que, por vez primera en décadas sí que estaríamos en condiciones de lograr suculentas economías de escala, con el consiguiente abaratamiento del precio unitario… sin tener que adquirir muchas unidades.
  • Hay una buena cartera potencial de clientes adicionales. Los tres países implicados hemos exportado a los mismos Estados: Venezuela (Lupo/Avante 2000); Argentina (Halcón & Serviola/A69), Arabia (La Fayette/Avante 2200), y Marruecos (Descubierta/Floreal). A lo que hay que añadir buques de los tipos citados vendidos a otras marinas de guerra (Descubierta a Egipto; Lupo a Perú, etc). Esos clientes están muy satisfechos con el resultado de todos esos buques, de modo que constituyen una buena referencia de cara al futuro, incluso para incorporar nuevas unidades a sus propias listas.
  • La reciente experiencia francesa con Argentina (venta del nuevo OPV Gowind) unida a la perentoria necesidad de muchos otros Estados de la región de dotarse con este tipo de buques, convierte Latinoamérica en un mercado potencial para la venta de varias unidades más. El salto tecnológico con respecto al proyecto OPV-80, que tanto éxito está teniendo en Chile y Colombia, es también una garantía. Lo que sugiere, una vez más, que no se trata de disponer de un mero OPV pues, en ese caso, el mercado ya está cubierto, a menor coste, por las respectivas industrias nacionales. Algo similar ocurre con Portugal, en la que tan buenos resultados dieron las 10 longevas Joao Countinho & Andrade, en parte construidas en España, y que para disponer de meros OPVs ya cuenta con su diseño NPO 2000. Pero que requerirá en los próximos 8-10 años abordar la sustitución de las 3 Meko-200 y las 2 “M”. Además, una parte de esas EPC adicionales también deberían construirse en España, con el consiguiente impacto en nuestra economía.

En definitiva, los astros se alinean para que este proyecto tenga visos de éxito. No se requiere un buque de combate principal (otros buques hacen esa función). Pero sí un buque de combate intermedio entre las F-100/110 y los OPVs. Si no es así, no merece la pena embarcarse en el proyecto, o conviene desembarcar cuanto antes mejor, con las penalizaciones que sea, que siempre serán inferiores a tener que gastar millones en más OPVs de ‘alta gama’.  Pero, si es así, nos podremos dotar de unos buques que aportarán una flexibilidad operativa que, hoy por hoy, es difícil de conseguir, entre nuestros Ferraris del mar y nuestros utilitarios del mar. Necesitamos un todoterreno del mar… por si acaso.

Josep Baqués

Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona y director de la Revista de Estudios en Seguridad Internacional

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